- La presidencia española de la UE deja un balance agridulce en materia de rehabilitación energética tras la redacción de una norma necesaria pero insuficiente
El reciente acuerdo sobre el texto final de la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios, deja en papel mojado muchas de las mejoras que iban a facilitar la rehabilitación de viviendas a las personas consumidoras. En el día en que, además, conocemos el acuerdo de la COP28, que peca de poca ambición y rebaja la obligación de reducir la quema de combustibles fósiles, la Federación de Consumidores y Usuarios CECU y FACU lamenta que tampoco desde la Unión Europea se haya conseguido un texto lo suficientemente ambicioso para avanzar al ritmo necesario en la descarbonización de los hogares.
La rehabilitación energética de viviendas es clave para reducir las emisiones de los edificios, que representan el 36% de las emisiones a nivel europeo. Contar con hogares más eficientes reduciría notablemente las facturas de electricidad y de energía de las familias. Es, además, la única herramienta enfocada a la raíz del problema de la pobreza energética.
- No introduce ninguna mejora para que los certificados energéticos de las viviendas sean comprensibles para las personas consumidoras. Van a seguir siendo distintos según el país o la región, lo que hace que al comprar o alquilar una casa, las personas consumidoras no tengan información clara sobre el gasto en energía o las necesidades de rehabilitación.
- No se introduce ninguna obligación para los bancos y entidades financieras para que su cartera hipotecaria tenga un determinado certificado energético. Esto significa que el sector inmobiliario no va a tener incentivos legales para invertir en la rehabilitación de viviendas, lo que, a su vez, va a hacer difícil que las personas consumidoras puedan acceder a créditos y financiación para la rehabilitación y la eficiencia de sus viviendas.
En el lado positivo, FACU-CECU celebra que se introduzca la obligación para los Estados Miembros de introducir la figura de las ventanillas únicas de rehabilitación energética. Estas oficinas, que en España dependen de las Comunidades Autónomas.
FACU- CECU, coincide en que “aunque es positivo haberlo alcanzado en este periodo, el resultado es mucho menos ambicioso de lo esperado y sigue sin estar centrado en las barreras que las personas consumidoras encuentran a la hora de emprender trabajos de rehabilitación de su vivienda”.
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