A través de los impuestos, los consumidores pagamos parte de la investigación para el desarrollo de nuevos fármacos, como ha quedado patente con las vacunas y otros medicamentos para la COVID-19. Eso no impide su falta de transparencia.
Desde hace unos años los laboratorios solicitan a los Gobiernos precios elevadísimos para los nuevos medicamentos que se sacan.
Todos asumimos que el I+D tiene un alto coste . Según estudios de diferentes expertos afirman que la media costes es de unos 2600 millones de dólares pero otros estudios valorar que pueda estar entre 757 millones y 1.300 ,
Es muestra una clara disparidad tras una gran opacidad y esa industria pocas veces reconoce que los que más contribuyen son los propios Estados , que es la realidad.
En Europa el programa (2014-2020) Horizon 2020 estuvo dotado con 80.000 millones , de los cuales más de 10.000 estaban destinados a la Investigación I+D.
Es algo que no repercute en el coste que paga el consumidor. Además a esto hay que sumarle la financiación de los mismos por los diferentes sistemas sanitarios, algunos de ellos de uso sanitario y financiados al 100 %.
Esto quiere decir que el consumidor acaba pagando dos veces por sus medicinas. Por eso desde FACU se busca que los precios de los mismos sean más justos cuando :
- Pueden ser financiados por los sistemas públicos de salud y/o pagados por el consumidor sin crear una carga insostenible.
- Permiten también a la compañía desarrolladora recuperar los costes de investigación y desarrollo, sin que esto derive en márgenes de beneficio excesivos
Por eso desde FACU se solicita mayor transparencia en un sector lleno de claros y oscuros como es el de empresa farmacéutica.
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